13 Encuentro del Sector Energético

13 Encuentro del Sector Energético

Introducción

Bienestar, crecimiento y acceso a la energía: una nueva gobernanza para un único desafío

Septiembre de 2015, Nueva York: Cumbre Especial sobre Desarrollo Sostenible en la que los dirigentes mundiales han actualizado nuevos propósitos de gobernanza mundial, entre los cuales: “asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos”.

Diciembre de 2015, París: Cumbre sobre el Cambio Climático en la que las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 han negociado un nuevo acuerdo internacional sobre el clima.

Tras esta intensísima agenda multilateral e internacional, nuestro Encuentro del IESE sobre el sector energético, organizado con Deloitte, presenta una agenda repleta de temas de actualidad. Será en Madrid, el próximo 10 de febrero.

Analizaremos las cuestiones planteadas en la recién celebrada cumbre de París: COP21 constituirá un punto de inflexión respecto a todas las que le han precedido. Por primera vez se ha alcanzado un compromiso global por parte tanto de Europa, EE. UU. y Canadá como del resto de países emergentes, China e India, entre otros.

En relación con esto, hay un asunto que merece toda nuestra atención: la reducción de la intensidad energética del crecimiento económico. El feliz desacoplamiento entre ambas variables tendrá hondas repercusiones. Más de la mitad de la energía primaria que demandamos no llega a utilizarse y una parte de la energía final que sí llegamos a usar se podría ahorrar. Esto supone un gran potencial para la reducción de las emisiones sin renunciar al bienestar social que deriva del acceso a la energía. Este paradigma está permitiendo afirmar que en la OCDE prácticamente no se va a acrecentar la demanda de energía primaria de aquí en adelante: si así se consolidase pasaríamos del paradigmático “peak suply” al rupturista “peak demand”.

Asunto aparte, pero de gran impacto, es la reducción del precio de la energía en el mundo; ¿durará? Sin duda habrá que volver a debatir el estado de la coyuntura y de las variables del complejo sistema que constituye la determinación de los precios del abastecimiento mundial de la energía teniendo en cuenta, como no podría ser de otra forma, el papel de la OPEP, el precio del petróleo, su desplome, y todo lo que ello comporta. De otro lado, la tendencia que continua consolidándose es la plena incorporación de la electricidad fotovoltaica y eólica “on shore” al club de las tecnologías convencionales. Este éxito de las nuevas renovables que se unen a las ya tradicionales tecnologías hidráulica, geotérmica y bioenergética reclaman su espacio en la reflexión sobre geopolítica. Las economías de localización y escala junto con el impacto del marco regulador en la determinación de sus costes hacen recomendable una desvinculación geográfica entre el lugar de la producción y el del consumo. La vertebración logística e institucional intraeuropea y extraeuropea aportaría grandes avances tanto por el lado de la competitividad y de la sostenibilidad como por la vertiente de la seguridad.

Trataremos también la cuestión relativa al acceso universal a la energía, junto con la eliminación de otros tipos de pobreza, sigue siendo un gran desafío. Las políticas económicas que han venido practicando los países emergentes están permitiendo su reducción como nunca se había producido en la humanidad y, en este contexto, el objetivo de garantizar energía asequible y sostenible para todos es sin duda uno de los objetivos más importantes de gobernanza mundial de las próximas décadas. Los recientes avances tecnológicos amplían el menú de soluciones: la eclosión de la electricidad fotovoltaica o los avances en baterías competitivas que ofrezcan abastecimiento, entre otras.

Finalmente, continúa muy abierto el debate sobre política energética en el sector eléctrico. La electricidad como vector de consumo sigue ganando protagonismo junto con el vector gas en detrimento del resto de vectores. El modelo liberalizado “estándar” de amplia implantación internacional sigue siendo objeto de debate. Además, la aparición de las “smart grids” así como el protagonismo creciente de tecnologías intensivas en coste de capital con muy reducidos costes marginales de corto plazo, obligan a repensar aspectos esenciales del modelo regulatorio.